sábado, 9 de febrero de 2013

Trasformar la universidad.

Vivimos en una sociedad sobreinfomada, supercomunicada y con un desarrollo científico-tecnológico sin parangón, en la cual irrumpe una explosión de relaciones interpersonales y de saberes cruzados  desde las  redes sociales  fomentando la creatividad.
La universidad indiferente, cada vez fracciona más su conocimiento “universal” en múltiples carreras orientadas al desarrollo de  capacidades  específicas, atomizando el saber y cuyas nuevas orientaciones, por lo general,  no escapan al esquema tradicional.
Es el momento oportuno para  integrar el conocimiento  científico y tecnológico.
El conocimiento tecnológico ya se orienta hacia las denominadas tecnologías de convergencia, NBIC (nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y cognotecnología), su captación por la universidad debería materializarse en algo como una Licenciatura en Tecnologías de Convergencia o Licenciatura en NBIC.
Las ciencias naturales, las ciencias sociales, las ciencias humanas y el arte, hoy constituyen la denominada “cuarta cultura” su integración  universitaria debería realizarse en algo como una Licenciatura en Cuarta Cultura.
La hora actual requiere de innovadores con capacidades múltiples e integradas tanto para su desarrollo personal como para ubicarse a la vanguardia  de los vertiginosos cambios con eficiencia y eficacia.
Si visualizamos al año 2012 como una inmensa  bolsa a la cual se le  colocan  en su interior  proyectos, sueños, ilusiones, utopías, … Desde la modesta columna semanal de Biotecnología & Nanotecnología al Instante, pondremos  que el 2012 sea el comienzo, el punto de inflexión, de esa renovada universidad. Una utopía, un abismo insalvable para las instituciones conservadoras y tradicionales, un desafío para las universidades líderes y el camino natural para nuevas  universidades sin complicidad con el pasado.   
Alberto L. D'Andrea  

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